Los combustibles desempeñan un papel fundamental a la hora de generar energía y en el transporte. Cada uno de ellos tiene sus ventajas e inconvenientes y un impacto clave sobre el medio ambiente. En este artículo, vamos a conocer precisamente qué son los combustibles fósiles y cuál es el impacto que causan en la naturaleza y el planeta.
¿Qué son los combustibles fósiles?
Los combustibles fósiles son fuentes de energía derivadas de restos orgánicos de plantas y animales que vivieron hace millones de años. Se extraen del subsuelo terrestre mediante procesos como la perforación o la minería. Una vez refinados, se emplean en diversas aplicaciones (generación de electricidad, calefacción, transporte, etc.).
No obstante, la combustión de estos combustibles fósiles emite gases de efecto invernadero, especialmente dióxido de carbono. Un elemento este último que contribuye al cambio climático. El uso masivo de los combustibles fósiles plantea desafíos ambientales y económicos a los gobiernos, que tratan de buscar alternativas que sean más limpias y sostenibles.
Principales combustibles fósiles
Una vez que sabes qué son los combustibles fósiles, vamos a conocer cuáles son sus principales tipos. Hablamos, en este caso, del carbón, el petróleo y el gas natural.
Carbón
Desde la Revolución Industrial, el carbón ha sido uno de los principales combustibles fósiles. Un material formado a lo largo de millones de años a partir de restos vegetales. En la actualidad, se estima que el carbón es el responsable de un 27% de la producción mundial en energía.
Sin embargo, hay que decir que su uso tiene un alto coste medioambiental. La combustión del carbón emite grandes cantidades de dióxido de carbono. Además, produce otros contaminantes atmosféricos como el dióxido de azufre, que afecta a la calidad del aire y la salud humana en general. La tendencia global es, por tanto, migrar hacia otras fuentes de energía más limpias y sostenibles.
Petróleo
El petróleo se origina a partir de materia orgánica descompuesta bajo condiciones extremas durante millones de años. Se utiliza no solo para generar energía a través de la quema en centrales eléctricas y motores de automóviles. También es la materia prima ideal para la fabricación de productos químicos y plásticos.
La dependencia del petróleo, en cambio, también tiene un coste ambiental muy grande. La extracción, transporte y refinación son procesos que han causado a lo largo de la historia numerosos desastres ecológicos. Además, la combustión del petróleo contribuye al cambio climático al emitir grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero.
Gas natural
El gas natural es un combustible fósil que destaca por su versatilidad. No en vano, se puede utilizar para producir energía eléctrica, calefacción o como consumo industrial. Además, está considerado una opción más limpia en comparación con el carbón o el petróleo. Su combustión emite menos dióxido de carbono y partículas nocivas para el medio ambiente.
Pero también hay que señalar que su extracción y transporte implican riesgos ambientales, sobre todo en lo que concierne a las fugas de metano. La transición hacia fuentes de energía sostenibles es también evidente con el gas natural.
¿Cuál es el impacto que tienen en el medio ambiente?
Ahora que sabes qué son los combustibles fósiles, es muy importante que conozcas también cuál es el impacto que tienen sobre el medio ambiente.
La combustión de estos materiales, como ya venimos comentando, emite dióxido de carbono, metano y otros gases de efecto invernadero. Esto propicia, entre otras cosas, que se acelere el cambio climático. De hecho, son gases que atrapan el calor de la atmósfera y provocan el aumento de la temperatura global, el derretimiento de los polos, la elevación del nivel del mar y otros fenómenos climáticos extremos.
Por otro lado, la extracción y el transporte de los combustibles fósiles conlleva una serie de riesgos importantes que contaminan el agua y el suelo. Estos procesos contribuyen a la degradación de hábitats naturales y a la pérdida de biodiversidad. Por último, hay que destacar que la quema de combustibles fósiles libera partículas y otros contaminantes que deterioran la calidad del aire.