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Vivimos en una sociedad en donde el incremento de la demanda y el sobreconsumo se han convertido en dos fenómenos de índole global. Las personas no solo tienen la necesidad de satisfacer sus necesidades más básicas. También se hallan en constante búsqueda de la novedad. Todo ello incentivado por la publicidad que nos rodea y la cultura de la inmediatez.

Sin embargo, el sobreconsumo presenta una serie de efectos negativos que debemos tener muy en cuenta. Desde el agotamiento de los recursos a la excesiva generación de residuos que aumentan la huella de carbono. En este artículo, vamos a conocer precisamente qué es el autoconsumo y cuáles son algunos de estos efectos perjudiciales.

¿Qué es el sobreconsumo?

Cuando hablamos de sobreconsumo, nos referimos a la compra y el uso de bienes y servicios que van más allá de las necesidades más básicas. Una práctica que, por lo general, está motivada por la publicidad y la cultura de consumo que nos rodea.

Este sistema, como veremos a continuación, genera una serie de problemas para toda la sociedad y para el medio ambiente. No en vano, el sobreconsumo debe ser visto como un reto global al que debemos enfrentarnos desde el punto de vista de la acción y la reflexión colectiva.

Principales efectos negativos del sobreconsumo

Pero, ¿cuáles son, precisamente, los efectos perjudiciales que trae consigo la práctica del sobreconsumo? A continuación, enumeramos aquellos que resultan más negativos para las personas.

Problemas de salud

El sobreconsumo suele estar asociado con problemas de salud debido a una alimentación excesiva y no adecuada. Las personas que llevan una dieta rica en grasas saturadas, azúcares y sal pueden presentar con el tiempo problemas de obesidad, diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

El amplio consumo de alimentos procesados provoca deficiencias metabólicas y nutricionales. Además, una ingesta calórica superior a la necesaria da como resultado problemas en algunos órganos vitales.

Desperdicio de los recursos naturales

Otro de los grandes efectos negativos del sobreconsumo es, sin duda, el desperdicio de los recursos naturales que conlleva. La demanda excesiva se traduce en una sobreexplotación de los bosques, los minerales y las fuentes de agua.

La extracción intensiva disminuye los recursos y la biodiversidad. Puede darse el caso de que nuestros recursos naturales, pasado un tiempo, pasen a ser escasos hasta el punto de limitar la vida de las personas.

Sobre generación de residuos

Ni que decir tiene que el sobreconsumo trae consigo también una generación excesiva de residuos. Si compras más de lo necesario, estás incentivando este problema y aumentando tu huella de carbono.

La proliferación de residuos por encima de lo permitido afecta al agua, al suelo y, por extensión, a toda la biodiversidad. Por tanto, necesitamos limitar el consumo para reducir el impacto ambiental.

Impacto social y económico

El sobreconsumo también incide en el tejido social y económico. De hecho, los niveles sociales que no pueden permitirse esta práctica van a estar relegados a un escalón más bajo.

Por otro lado, las empresas, con el fin de satisfacer la enorme demanda de los consumidores, implementan prácticas laborales no éticas que conducen a una brecha social y económica muy importante.

Agotamiento de la biodiversidad

Como ya vimos anteriormente, una de las consecuencias más directas del sobreconsumo es el agotamiento de la biodiversidad. La demanda de recursos impulsa a la explotación de los recursos naturales. Una situación que conlleva la desaparición de muchas especies.

Esto supone un claro empobrecimiento ecológico debido al consumo desmedido. En cierta medida, la amenaza en la supervivencia de las especies provoca que estemos perdiendo progresivamente la riqueza natural de nuestro planeta. Por ello es tan importante concienciarse y tomar medidas para preservar los recursos naturales.

Sobrecarga de las infraestructuras

Por último, tenemos que señalar que el sobreconsumo supone también una importante sobrecarga en las infraestructuras a nivel global. Pensemos por un momento la ingente cantidad de personas, medios de transporte y demás que pueblan las calles en épocas en las que el consumo se dispara.

Paralelamente a esto, el sobreconsumo provoca que personas y empresas tengan que hacer un uso intensivo de los sistemas de energía. Además, las instalaciones de saneamiento están desbordadas ante la enorme cantidad de residuos, por lo que no dan abasto para realizar su labor. Todo ello se convierte en un ciclo que, a largo plazo, tendrá consecuencias muy negativas para la estabilidad ambiental.